MÉXICO LINDO Y QUERIDO
Asaltos, tráfico de armas, pornografía infantil, violencia contra las mujeres, terrorismo, tráfico de órganos, delitos contra el medio ambiente, secuestro, narcotráfico, delitos contra la salud, explotación infantil, operaciones con recursos de procedencia ilícita, desaparecidos,falsificación de documentos, lavado de dinero, delitos electorales, tráfico de menores¡delincuencia organizada!...
Poco a poco nos hemos acostumbrado a usar estos términos como parte de nuestro lenguaje y vivir cotidiano ¿cómo es posible que la "delincuencia común", haya llegado a tal extremo de evolución rebasando los límites de cualquier control? caminamos por las calles sabiendo que la seguridad es inexistente ¿de qué nos sirven las supuestas normativas cuando mi hijo puede pasar a formar parte de los 32,000 niños desaparecidos en tan sólo un año en mi país? ¿por qué el día que me golpea mi esposo prefiero no denunciar a perder días enteros para levantar un acta? ¿deben secuestrar a un conocido para quejarme por la impunidad ante el sufrimiento y atropello de todas nuestras garantías individuales?.
No es normal que se encuentre una camioneta al mediodía en plena vía pública llena de cuerpos masacrados, ni que me roben la cartera en el metro, ni que en un vacío en nuestras leyes no exista delito que perseguirle al “Pozolero del Teo” después de disolver en sosa cáustica aproximadamente a 300 cadáveres perecidos por el narco; total ¡él no mató a nadie, ya iban muertos! Ni que la ONG diga en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra que México es el país más peligroso del mundo para los periodistas cuando en otros hay “guerras”… no es normal, no lo és.
Sí me indigna, porque yo nací en este país y tengo un hijo con el que me siento a ver los volcanes soñando con un futuro mejor; si me entristece, porque se vuelve rutinario el pasar de largo ante nuestra realidad. Hoy me duelen las grietas que dejan filtrar la escoria en el corazón de mi pueblo, hoy me sangran las heridas de un México lastimado que clama por paz y justicia. Y no alzo la voz ¡hoy grito! sin miedo y con la fuerza de mi espíritu y de mi gente; hoy simplemente me pongo en los zapatos del otro.
Nota: por favor no dejes de ver el video.
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